Hesa, desa o dehesa son los nombres que recibe en estremeñu el paisaje de encinas y alcornoques que cubre buena parte del entorno cultural castúo, y que da lugar a un tipo de explotación agraria único en el mundo. Si bien las defesas datan de la Edad Media como sistema de explotación, muchos siglos antes ya campeavan los celtas por un vasto bosque de encinas, alcornoques y robles que cubría la actual Estremaúra y sus comarcas colindantes. Alrededor de este se ha desarrollado una tradición distintiva y una actividad humana que da forma a la idiosincrasia de nuestro pueblo.
Junto al paisaje de ribera y a las sierras, praderas y valles salpicados también de árboles belloteros, los encinares del oeste guardan tesoros, palabras y costumbres de nuestro pasado. Celtas, romanos, andalusíes y leoneses dejaron su huella en este solar del poniente ibérico que sobrepasa con mucho la actual Comunidad Autónoma de Extremadura.
La Extremadura moderna es una Comunidad Autónoma que engloba algunas zonas de cultura sudleonesa del suroeste español, colonizadas por los antiguos cristianos hablantes de leonés oriental o romance cántabro, así como por gallegos, leoneses occidentales y castellanos. La Comunidad y los otros territorios culturalmente afines abarcan las antiguas Vetonia y Beturia, así como porciones de la Céltica y la Lusitania prerromana. Este territorio ha compartido tradición, costumbres e idioma desde los últimos siglos de la Edad Media, y componen un territorio nucleado entorno a la dehesa ibérica oriental.



La hesa
La relación de un pueblo con la tierra que habita es uno de los factores que más determinan la personalidad distintiva de sus gentes, pues el paisaje y el tiempo influyen enormemente en la forma de ser de las comunidades que habitan un conjunto concreto de ecosistemas. Como casillas de un tablero, la distribución de los accidentes geográficos determina la selección natural, la accesibilidad o el aislamiento entre poblaciones, los oficios basados en el uso de las materias primas del lugar, la arquitectura, los tipos de cultivo, ganadería, caza y pesca; los materiales de la vestimenta, la dieta, la consideración social de ciertas habilidades innatas, la difusión de las ideas sociopolíticas, las prácticas religiosas, el mestizaje o aislamiento entre localidades y las migraciones internas.
Así es como entre el Duero, Sierra Morena y la Meseta, y abierta hacia el Alentejo con el montado y los ríos Guadiana y Tajo; se ha desarrollado la cultura que podemos denominar extremeña. Algunos autores han hablado de la Extremeñería para referirse a esta realidad geosocial que florece entre las sierras del norte y el sur.



Los cimientos de nuestro país son los abrigos de piedra edificados por castas de hombres antiguos, están hechos de bifaces antediluvianos, espadas celtas, mosaicos romanos, iglesias godas, azulejos andalusíes y caminos leoneses. Es ora d’alevantal la muestra casa.
[…] definir a este espacio biogeográfico-cultural se ha acuñado el término “Dehesia”, con el sencillo significado de “País o Tierra de la Dehesa”. Con este término, no hay que […]
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