Masculinu i femininu

Masculinu i femininu

En extremeño existen tres géneros gramaticales: masculinofemenino y neutro.

Como en todas las lenguas latinas, el masculino es el género por defecto, así que no tiene una terminación única, como no la hay en castellano ni en portugués: pardal, gañón o achiperri son palabras masculinas. Sin embargo, la terminación en u es una de las más representativas de este género: veranu, iviernu, cielu, aziu (verano, invierno, cielo, habilidad).

La terminación más común para el femenino es -aconocencia, tierra, pranta, luna Aunque también existe una buena cantidad de palabras femeninas con otras terminaciones: redi, lus, reís, coci, canción(red, luz, raíz, coz, canción).

Existen también adjetivos sustantivados de género neutro (ni masculinos ni femeninos) cuya forma es igual que la del género masculino. Se distinguen del masculino con la anteposición del artículo lo: lo güenu, lo prencipal, lo faci, lo gordu

En estremeñu, y en las lenguas romances ibéricas, hay una relación semántica entre el género gramatical de algunas palabras y la dimensión del objeto que designan. Este uso tiene ecos de las desinencias del neutro latino en caso acusativo, que eran -um en singular y -a en plural, lo que en extremeño ha resultado en -u y -a. De este modo, los números del neutro latino se han asimilado en romance extremeño al género gramatical; lo que se produjo debido a la criollización gramatical del latín cuando se convirtió en la lengua común de los pueblos conquistados por Roma.

El uso del género gramatical para distinguir cualidad o cantidad entre objetos lo podemos encontrar en varios grupos de palabras. Uno de ellos es el que está formado por aquellos pares en los que el femenino designa la totalidad y el masculino la parte:

corchu, corcha; maeru, maera; sierru, sierra

Un corchu, dos maerus o un sierru son objetos palpables y contables, sean uno o varios; la corcha, la maera o la sierra, en cambio, nombran una totalidad o una cantidad inabarcable de ese mismo objeto.

Otro grupo, el más numeroso, identifica al masculino con un ente pequeño y al femenino como otro mayor de la misma naturaleza:

tarru, tarra; cuencu, cuenca; güertu, güerta; ramu, rama;  puerru ~ porru, porra; ventanu, ventana; talegu, talega; pagu, paga; charcu, charca; hoyu, hoya; buracu, buraca; pozu, poza; bielgu, bielga; lombu, lomba

En algunos casos, se emplean los géneros gramaticales para expresar la relación entre elemento madre y elemento hijo con sustantivos referentes a la fauna y la flora:

borrega, borregu (oveja, cordero)

baga, bagu (vaina, grano)

Con respecto a los árboles y sus frutos, la relación es la opuesta:

naranju, naranja

pinu, piña

almendru, almendra

En otros casos, muchos menos, ocurre al contrario y el femenino es el que designa al ente más pequeño:

puertu, puerta; cabeçu, cabeça; barcu, barca

El masculino puede dar nombre a una dimensión natural que se relaciona con un objeto artificial en femenino:

pesu, pesa; suelu, suela

En ocasiones, el género masculino da nombre al objeto en su estado natural y el femenino al instrumento que se fabrica con este:

cuernu, cuerna; horcu, horca; palu, pala

Además, la diferencia que marca el género puede distinguir diferentes significados a partir de una misma raíz:

cargu, carga; soldau, soldá; hilu, hila

Sufijos -eru y -era

El estremeñu posee un recurso morfológico que lo distingue tanto del leonés al norte del Duero como del castellano estándar, pero que sí está presente en la Baja Andalucía y buena parte de la América hispana: se trata de la producción de sustantivos continuos mediante la adición del sufijo -er- (-eru o -era) al tema verbal.

El sufijo en masculino se emplea con relativa libertad para dar nombre a acciones dilatadas en el tiempo, realizadas por el sujeto intencionadamente (activas).

juntaeru (acción continua de ajuntal o juntal-si)

sacaeru (acción continua de sacal)

humaeru (acción continua de humal)

abrieru (acción continua de abril)

También frecuente es la forma en femenino para dar nombre a estados padecidos por el sujeto sin que medie voluntad o intención (pasivos):

juntaera (estado de juntal-si, reunión mayormente espontánea)

creceera (crecimiento)

soñaera, soñalera (somnolencia)

temblaera (temblor continuo)

El sufijo -er- en femenino puede asociarse directamente a la raíz nominal, no necesariamente al tema verbal:

cansaera, cansera (pasión de cansal-si)

hartera (de hartal-si)

hitera (de ahital-si)

La construcción en masculino se emplea con sentido instrumental, para designar los objetos cuyo uso corresponde al significado de la raíz:

colgaeru (rueda de chorizo; se cuelga para curarla)

agarraeru (asidero; parte de algo que se agarra)

abraçaera (especie de brida para asegurar tuberías, que abraça el conducto)

ajuntaera (aparvadera, apero para ajuntal la mies)

En algunos casos, el uso del sufijo masculino y femenino es indiferente o ambiguo. Por ejemplo, se dice ahogaeru o ahogaera (agobio) indistintamente; y, por extensión, se usa el masculino en la locución abrieru de boca (sucesión de bostezos), aunque la acción sea experimentada por el sujeto involuntariamente.

Sufijos -eríu y -ería

El sufijo -eríu (-er- + -íu) se adosa mayormente a sustantivos, a veces a adjetivos. Forma sustantivos de carácter activo que designan colectivos incontables y en movimiento, señalando abundancia y conjuntos normalmente inanimados y no humanos: luzeríu, bagueríu, polveríu, agüeríu, borrajeríu, ascueríu, genteríu, bicheríu, ganaeríu, braseríu, fogueríu, espumeríu, folasteríu…

El sufijo -ería (-er- + ía) se pospone normalmente a adjetivos, a veces a sustantivos. Produce sustantivos pasivos que designan colectivos incontables de carácter abstracto o estático. Señala con frecuencia colectivos animados y humanos, oficios o lugares donde se desarrollan, así como actitudes o estados personales: juntería, gitanería, estremeñería, albardería, cacharrería, carnicería, frutería, pescadería, dulcería, aparcería, harriería, barbería, tontería, nombrería, calamorrería, cabeçonería, noviería, enterrería, zorrería…

3 respuestas a “Masculinu i femininu”

  1. Avatar de Juan José Camisón

    Bien pero no soy ha gusta ni u vista: escribiré siempre jienda y árbu. Y por supuesto escribiré güenu. Saludos

    Me gusta

    1. Avatar de Palra estremeñu!
      Palra estremeñu!

      Es de libertad hacerlo, profesor. Pero, como habrá podido notar, la ortografía que empleamos en esta página está elaborada en base a un criterio etimológico distinto del de la adaptación dialectológica de la ortografía castellana. Un salúu.

      Me gusta

  2. Avatar de Juan José Camisón

    He querido decir: hachista ni uvista

    Me gusta

Deja un comentario