Apontacionis dela prenuncia

A diferencia de la escritura, que es relativamente estable a lo largo del tiempo, el habla es variada y cambiante. Todas las lenguas tienen distintas maneras de hablarse según la zona, las influencias vecinas y la edad, profesión o sexo de las gentes que las emplean. El habla viva tiende, además, a deshacer y crear elementos que la escritura tarda más o menos tiempo en incorporar. En este artículo vamos a desgranar algunos de esos elementos del extremeño hablado que dan naturalidad a la palra cotidiana y que están a menudo ausentes en el registro textual.

La pérdida de la l final. Este rasgo del habla está presente en todo el territorio, si bien en el sur es más acusado. Aunque hay poblaciones puramente lambdacistas -siempre pronuncian este sonido-, en la mayor parte del territorio o bien se alterna con la pérdida o esta es sistemática. La pérdida de la -l afecta tanto a los infinitivos –cantá, cogé, dí– como a sustantivos, adjetivos y pronombres –naturá, coló, caló, xará, olivá, é-.

Intercambio de la –l– y la –r– de final de sílaba. En amplias zonas del sur y algunas del norte, ambas convergen en -r-: se dice *artu, cuerpu, arvu y *serva por altu, cuerpu, arvu i selva. En otros lugares se tiende a lo contrario: altu, *cuelpu, *alvu i selva. Existen también zonas que alternan o incluso en que se emplea un sonido intermedio: *arltu, *cuerlpu, *arlvu i *serlva.

El seseo. El extremeño tradicional de algunas localidades rayanas y de Fuente del Maestre es seseante: sus parlantes hablan con la ese. En las hablas que tienen esta pronunciación, la c, la ç y la z se pronuncian como una s: servesa, sevá i tossinu por cerveza, cevá i tocinu.

En la escritura dialectal, pueden sustituirse la -c- (intervocálica delante de -e e -i) y la -ç- por -ss-:
acinoria > assinoria, haci > hassi, caçal > cassal, moçu > mossu (zanahoria, haz, cazar, mozo).

La -z-, históricamente sonora, se ha de sustituir por una -s- simple: hazel > hasel, azahal > asahal (hacer, azahar).

A comienzo de palabra o tras una consonante, se usará la ese simple en todos los casos: cielu > sielu, çapatu > sapatu, froncia > fronsia, zagal > sagal, onzi > onsi, etcétera (cielo, zapato, froncia, zagal, once).

albo,cabesa
Notas de Ramona González Barrera donde se señalan el seseo talaverano (parese, dise, cala basa, cabesa…) y el intercambio de erre por ele (albo). Crónicas de Talavera

El jejeo o heheu. La aspiración de ciertas consonantes es un rasgo originario del norte de Castilla la Vieja y el este del reino de León, pero alcanzó mayor profusión en Extremadura y Andalucía. El heheo consiste en la aspiración de la s, la c y la z; además de la que existe de la h-, la g, la j y la x: *nuhotruh, *ahituna, *hí, *habih?, pahi o *paha por nusotrus, azituna, sí, sabis?, paeci y passa. Esta pronunciación no es sistemática en ningún caso y afecta a palabras o formas verbales concretas.

La pronunciación de la -s-. Lo normal en estremeñu, salvo en algunas hablas de la provincia de Salamanca, es aspirar la ese de final de sílaba: las vacas, raspa y cascu se pronuncian *lah vacah, *rahpa y *cahcu. También se escucha un sonido intermedio entre la aspiración y la erre o la ele: *lar vacah, *rarpa y *carcu, o *lal vacah, *ralpa y *calcu.

La conservación de la -s final en algunas ocasiones. La -s de vos, sos, mos, los, las, dos, tres, dies, namás y otros monosílabos suele pronunciarse cuando la palabra siguiente empieza por vocal: mos_án dichu, los_ojus, dies_añus, namás_una. Es usual también el rotacismo o lambdacismo de la -s final ante una vocal: *mor_án dichu / *mol_án dichu, *lor_ojus / *lol_ojus, etc.

La -s de los sustantivos como lus, ves, jues, cos o pes suele aspirarse, pero se pierde del todo en algunas hablas (lu, ve, jue, co o pe), mientras que en otras siempre se conserva ante pausa (apaga la lus, comi-ti’l pes, da-mi’l relós).

El cierre de las vocales. Se da por influencia de otra vocal cerrada en la palabra -u e i-, diptongo o simplemente atonía. Este fenómeno tiene un reflejo desigual en la escritura: 

Essas culunas son di marmu ~ Essas colunas son de marmu

Tiini una cara pirheta la mochacha ~ Tieni una cara perfeta la mochacha

Essi s’á hechu pulicía ~ Essi s’á hechu polecía

Qué hartera d’apañal billotas ~ Qué hartera d’apañal bellotas

La distinción de la elle. Aunque el castellano moderno de Extremadura es aplastantemente yeísta -no distingue los sonidos de la elle y la ye-, el extremeño no lo es tanto. Hay hablas comarcales históricamente yeístas por influencia del castellano -sobre todo en la provincia de Badajoz-, pero buena parte del territorio es o ha sido distinguidor hasta hace muy pocos años, y conserva para la elle una pronunciación que podríamos describir como intermedia entre la ye y la ele.

La distinción entre la be y la uve. La pronunciación labiodental de la uve, aunque ya muy erosionada, se encuentra atestiguada a lo largo y ancho del dominio lingüístico extremeño, en las provincias de Salamanca, Cáceres y Badajoz. El sonido histórico de esta consonante es semejante al de la realización portuguesa o inglesa, situando los dientes sobre el labio inferior, a diferencia de la realización betacista del castellano moderno.

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