Nuestros antepasados del suroeste ibérico han compartido desde antiguo una misma forma de vida en el mismo suelo, unido aún hoy por los ríos y la dehesa. Los pueblos célticos de este lado de la Península, los hispanorromanos o los andalusíes conocían ya la asociación entre ambos lados de lo que hoy es la Raya.
Son muchos los pensadores que han visto el espíritu nacional de un pueblo en el paisaje donde moran sus naturales. Las lenguas de un territorio cambian, se mezclan, se desarrollan, mueren e incluso a veces renacen. La tierra experimenta también estos procesos, pero permanece más tiempo sin cambios sustanciales, condicionando de ese modo el habla porque une o separa a las gentes que la habitan. Es el caso de Estremaúra y el Alentejo, que poseen una abundante cultura tradicional compartida. A ella nos asomamos a través de sus lenguas, que han quedado hermanadas por la tierra.
A ambos lados de la Raya nombramos de manera semejante elementos del paisaje como la barranca, el cerru o cerro y el bamburral. Si hablamos de los árboles; anzinas, macherus o macheiros, alcornoquis o alcornoques, chaparrus o chaparros, charnecas, murtas, çarças o sarças y atabúas o atabuas pueblan nuestros montes; donde viven pájaros como la andorina o andorinha, el pardal, la milra o melra, la pega, la poipa, la rola o la coruja (golondrina, gorrión, mirlo, hurraca, abubilla, tórtola y lechuza en castellano).
Tanto en Portugal como en Estremaúra, un rebaño (de ovejas, de cabras, de cerdos y hasta de gallinas) es una piara. En la dehesa, los gatos mían y los burros rosnan. Los guarrus se guardan en el chisqueru o chiqueiro, y en la sahurda o chafurda; el pastor se refugia en chufardus o chafurdos (que son chozas). Ya que lo choçus no suelen tener luz eléctrica, a menudo hay que acendel o acender un fachu o facho para poder ver de noche; y tener cuidado al fechal o fechar la puerta, no sea que nos entallemus o entalhemos los dedos.

La comida tradicional de la huerta no iba a ser menos: portugueses y extremeños cocinamos frijonis o feijões, frijonis verdis o feijões verdes, fridiñus o fradinhos, garrapatus o carrapatos, havas o favas, garvançus o garvanços, arvillas o ervillas, cinorias o cenoiras y muelas o moas (en castellano; judías, judías verdes, judías carillas, judías verdes de nuevo, habas, garbanzos, guisantes, zanahorias y almortas).

Si quieres saber más sobre la cultura común de Estremaúra y el sur de Portugal, échale un vistazo al artículo El Alentejo y las Vegas Bajas, cultura oral compartida, de Ismael Carmona.
Bom dia!
[…] y unos usos de tipo cántabro mezclados con las lenguas de los conquistados. Esa podría ser la explicación de las abundantes coincidencias léxicas entre el portugués alentejano y el extremeño (ya que el romance andalusí lusitánico había de hablarse a ambos lados de lo que hoy es la […]
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Hermosa tierra y que ganas de poder ir algun día,, Salud camarada
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